Este año en particular la gente se pelea por tener de alguna manera las bendiciones de este maravilloso número lleno de superstición y buena suerte. Hoy el mundo entero se vuelca a celebrar esta fecha mágica: 07/07/07, a las 7 de la noche se harán miles de eventos y rituales que casualmente coinciden con mi cumpleaños. Si!, nací en esa fecha y hora tan particular y me he pasado la vida escuchando y hasta “creyendo un poco” en la magia de este número que encierra muchas casualidades. Hoy la prensa está llena de artículos que hacen referencia al tema, acá les dejo extractos de algunos de ellos:
La cifra mágica 7 subyuga, atrae, encandila a todo el mundo, a todas las culturas, en todos los tiempos, desde la antigüedad hasta la época del cine, bautizado como el séptimo arte. Es el número sagrado para el cristianismo, judaísmo y el Islam. Es el número de la buena suerte para muchos países asiáticos.
Nadie sabe muy bien por qué el número 7 tiene aureola de mágico, el sábado 7-7-2007, una fecha que reúne nada menos que tres sietes. "El 7 es la unión del 4, símbolo de la materia, y del 3, símbolo del espíritu", explica el numerologo Jean-Daniel Fermier, autor de la Guía de la numerología.
La creencia o la superstición viene de antiguo.
En la Biblia, siete son los pétalos de la rosa, los dones del Espíritu Santo, los brazos del candelabro judío, los días en que Dios creó el mundo, los sacramentos, los dolores de la Virgen, los pecados capitales y las cabezas del monstruo del Apocalipsis.
Siete son también las chakras o centros de energía en el hinduismo, y las veces que un musulmán debe rodear la Kaaba, piedra sagrada de La Meca.
Siete eran las maravillas del mundo antiguo y las puertas de Tebas, en Egipto.
Siete son los colores del arco iris, los planetas conocidos en la Antigüedad y las estrellas de la Osa Mayor.
Por no hablar de las siete mujeres de Barbazul, las botas de siete leguas, los siete enanitos de Blancanieves, las siete bolas de cristal de Tintín, los siete samuráis y el agente 007.
Siete es también, aunque a veces no lo parezca, la edad del uso de razón.