lunes, enero 07, 2008

De Mi vida en 64 kilos al Jardín Zen.


Mi vida en 64 kilos ya no es un nombre que me represente, si pesara todas mis pertenencias, seguro que daría mucho más que eso, ni siquiera yo peso 64 kilos, así que después de mucho pensarlo, cambio el nombre a mi casita virtual, somos seres cambiantes, dinámicos y por ello me decidí por
Jardín Zen, refleja la vida, es cambiante como el ser humano y representa lo que busco y anhelo en este momento: centrarme en la vida, en mis objetivos y sueños, pero sin dejar a un lado lo que me rodea, el aquí y el ahora,

Los jardines Zen están formados por distintos elementos naturales (principalmente arena fina, piedras pulidas y cristales de cuarzo, pero también velas o conchas marinas) sabiamente dispuestos sobre una sencilla cajita de madera, barnizada o pintada a mano. Son jardines sin vegetación o paisajes secos (kare-sansui) en los que la arena cubre toda la superficie del recipiente como si fuera un mar en calma. Están concebidos para inspirar vitalidad, serenidad y favorecer la meditación (en sanscrito, Zen significa meditación).

Elementos para un jardín sin flores:
  • Arena. Neutraliza los malos pensamientos, las actitudes y emociones negativas, creando un ambiente de tranquilidad y serenidad. Un espacio de arena perfectamente alisado representa la inmensidad del mar. Los surcos pueden simbolizar los diferentes caminos que emprendemos en la vida.

  • Piedras. Representan los obstáculos o las experiencias de la vida. Las que son irregulares y asimétricas contienen una mayor carga de energía. En la filosofía Zen nada pasa por casualidad y todo tiene una causa y un efecto. En un plano físico, representan las montañas.

  • Cristales de cuarzo. Pueden recibir, almacenar y transmitir energías positivas y generan armonía. Su transparencia está relacionada con valores como la sencillez, la humildad y la modestia.

  • Conchas o caracoles. Nos ponen en contacto con el mar y nos recuerdan su presencia. Representan la tranquilidad y la paz que se percibe ante la presencia de un mar en calma y el rumor constante de sus aguas.

  • Velas. Ayudan en muchos procesos de meditación creando ambientes que propician el relajamiento. Sirven para iluminar el jardín con una luz sedante y natural. Dentro del jardín pueden colocarse pequeñas velas redondas y aromáticas. Si son alargadas es más conveniente situarlas fuera de él.


Cuenta la leyenda que cuando el jardinero terminó su obra llamó al emperador para que contemplara su jardín.
“Te felicito. Es el más hermoso de los que he visto y esa roca es la más bella de todas”, sentenció el monarca.

Al instante, el jardinero cogió la piedra señalada por el emperador, la sacó del jardín y la tiró al mar. Entonces le explicó a su señor: “Ahora todo está perfecto y el jardín puede contemplarse en armonía. Un jardín, como la vida, tiene que ser visto en su totalidad. Si nos detenemos en la belleza del detalle, el resto nos parecerá demasiado feo”.


7 comentarios:

Tempus fugit dijo...

La verdad... te felicito por el cambio.
Me has inspirado para crear mi jardín Zen. Cuando lo tenga... te envío una foto.


besos

Joseín Moros dijo...

Redefinirse es renacer.
Muy buena idea.
Abrazos!

Lindisima dijo...

Me encanta tu nuevo cambio, habla de tu renacer, de este nuevo año que comienza, me encanta el nuevo nombre de tu espacio, me tienes que dar clases para crear el encabezado,o mejor me creas uno jijiji, muchos besos de éxito para ti.

Oswaldo Aiffil dijo...

Nada que agregar querida Yazz, maravilloso texto, ¿mejor definición? Imposible!
Felicitaciones, la vida en sí es un eterno cambio, y si aprendemos a aceptarlo aprendemos a vivir.
Me estás dando más razones para justificar mi presencia perenne por estos lares de Dios. Un beso belleza, conectados!

Silmariat, "El Antiguo Hechicero" dijo...

Los que me conocen, saben que quiero hacerme un jardín Zen, llevo algún tiempo recolectando piedras, cada una de ellas representa un momento de mi vida…
Creo que nunca lo haré, el jardín interno se termina con nuestro último suspiro y aún me quedan muchas piedras que recolectar.

Todo lo mejor para ti.

PS: Y mi amigo “Clave de Fa” me antecede, qué más puedo pedir.

Unknown dijo...

♡ De Cenizas: Gracias!!! Me encantaría ver tu jardín Zen.. Me fascinan las cosas que haces con las fotos!!!

♡ Joseín: Renacer: Así es.. La vida es un constante renacer. Un beso

♡ Oswaldo: Tu presencia es estos lares de Dios, ilumina a mucha gente, incluyendome!!

♡ Silmariat: Yo también recojo piedras de cada rincón que visito, no tengo aún el jardín zen, pero el solo contemplarlas me relajan.. me llevan a su origen, de donde las tomé, que clima hacia ese día... Me encantó la frase:
“el jardín interno se termina con nuestro último suspiro y aún me quedan muchas piedras que recolectar”

Irene Ruscalleda dijo...

Muy buena tu idea del Jardin Zen, la verdad que es muy inspirador.

Buen cambio!