Desde un principio, y por mi temor a los túneles, había mantenido la idea que me iria en tren hasta Puigcerda y que JAL me buscaría allí para continuar el viaje. Al final, y justo cuando iba a tomar el metro para ir a la estación, una oleada de valor se apoderó de mi y decidí hacer todo el viaje en moto.
Aún así, fuimos a la estación para conocerla, nos encantó, como en toda estación hay un reloj.
Los trenes y las personas
Una farola encantadora
y miles de historias de encuentros y re-cuentros
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