La capital de Andorra me pareció encantadora, llena de naturaleza y encanto. Si bien es cierto que la gente va allí para comprar, eso fue lo que menos hicimos (bueno, me compre mi objetivo 35 mm!) pasamos un fin se semana disfrutando del colorido y las cosas hermosas que había en la ciudad.
Desde Barcelona, ya el paseo era encantador:
Al llegar Andorra no pude parar de fotografiar
Este Seat se robo mi corazón y me hizo querer por primera vez en mi vida un coche de ese color :-)
En cada esquina hay alguna escultura.
Puentes, fuentes, rios y miles de detalles fotograficos
La fuente de los Patos era una lindura
Una mezcla perfecta entre antigüedad y modernismo.
En resumen un fin de semana dodeada de naturaleza, Moteros, Coca-Cola y un poquitin de lluvia
Un fin de semana encantador y mágico
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