Me asombra como respondemos a los estímulos, cuando estamos ocupados en miles de proyectos que nos gustan somos más creativos, sí, nos cansamos y hasta nos quejamos de las interminables listas de cosas por hacer, pero aún así sacamos tiempo para el trabajo, los hobbies, la casa y hasta el deporte. Empezamos y terminamos todos los proyectos y nos levantamos con ganas de seguir pese el cansancio.
Por el contrario, cuando tenemos un trabajo que nos fastidia, que no nos llena, demasiado monótono, o simplemente cuando no tienes nada que hacer en la oficina, la cadena de inactividades empieza a correr de manera desmesurada, nos sigue sin dar tiempo de hacer nada, con la diferencia que realmente no empezamos o terminamos ninguna actividad, no nos provoca ni siquiera hacer las cosas que más nos gustan y nos rendimos, o por lo menos yo me rindo, ante unas ganas inmensas de dormir, sin ganas de yoga, ni de fotos, ni de Photoshop, ni de blog. Cuesta pensar y seguir adelante, las horas laborales se convierten en una pesadez y cuesta levantarse día a día a continuar.
Quizás solo sea la primavera que aunque viene llena de mil colores, dicen que trae la astenia de primavera, un trastorno que se suele manifestar a través de cansancio y debilitamiento corporal o mental.
Más sobre el trastorno:
Astenia Primaveral