La insoportable levedad del ser (Milan Kundera)
Una novela de amor, sexo, celos y traiciones a través de las ilusiones, mezquindades, debilidades y grandezas de sus protagonistas que nos hace pensar y hasta vernos reflejado en algunos (o varios) de los acontecimientos llevándonos irremediablemente a la introspección personal. Como todos los libros de Kundera: no solo te entretiene, sino que te hace pensar.
(...)"El hombre nunca puede saber qué debe querer, porque vive solo una vida y no tiene modo de compararla con sus vidas precedentes ni de enmendarla en sus vidas posteriores. No existe posibilidad alguna de comprobar cual de las decisiones es la mejor, porque no existe comparación alguna. El hombre lo vive todo a la primera y sin preparación. Como si un actor representase su obra sin ningún tipo de ensayo. ¿Pero que valor puede tener la vida si el primer ensayo para vivir es ya la vida misma? Por eso la vida parece un boceto. Pero ni un boceto es la palabra precisa, porque un boceto es siempre un borrador de algo, la preparación para un cuadro, mientras que el boceto que es nuestra vida es un boceto para nada, un borrador sin cuadro." (...)
(...) “Si cada uno de los instantes de nuestra vida se va a repetir infinitas veces, estamos clavados a la eternidad como Jesucristo a la cruz. La imagen es terrible. En el mundo del eterno retorno descansa sobre cada gesto el peso de una insoportable responsabilidad. Ese es el motivo por el cual Nietzsche llamó a la idea del eterno retorno la carga más pesada. Pero si el eterno retorno es la carga más pesada, entonces nuestras vidas pueden aparecer, sobre ese telón de fondo, en toda su maravillosa levedad.” (...)
(...)”La carga más pesada nos destroza, somos derribados por ella, nos aplasta contra la tierra. Pero en la poesía amatoria de todas las épocas la mujer desea cargar con el peso del cuerpo del hombre. La carga más pesada es por lo tanto, a la vez, la imagen de la más intensa plenitud de la vida. Cuanto más pesada sea la carga, más a ras de tierra estará nuestra vida, más real y verdadera será. Por el contrario, la ausencia absoluta de carga hace que el hombre se vuelva más ligero que el aire, vuele hacia lo alto, se distancie de la tierra, de su ser terreno, que sea real sólo a medias y sus movimientos sean tan libres como insignificantes. " (...)
Inmortalidad (Milan Kundera)
A partir del gesto de una mujer de cierta edad, el escritor crea el personaje de Agnes y una serie de personajes imaginarios cuyas historias que revolotean con candidatos a la inmortalidad, Goethe y Bettina von Armin alrededor de la interrogante ¿y si el hombre no fuera sino su imagen?
(...) "Aquella señora podía tener sesenta, sesenta y cinco años. (...)
(...) Pasó junto al instructor y cuando estaba a unos tres o cuatro pasos de distancia volvió hacia él la cabeza, sonrió, e hizo con el brazo un gesto de despedida. En ese momento se me encogió el corazón! Aquella sonrisa y aquel gesto pertenecían a una mujer de veinte años! Su brazo se elevó en el aire con encantadora ligereza. Era como si lanzara al aire un balón de colores para jugar con su amante. Aquella sonrisa y aquel gesto tenían encanto y elegancia, mientras que el rostro y el cuerpo ya no tenían encanto alguno. Era el encanto del gesto, ahogado en la falta de encanto del cuerpo. Pero aquella mujer, aunque naturalmente tenía que saber que ya no era hermosa, lo había olvidado en aquel momento. Con cierta parte de nuestro ser vivimos todos fuera del tiempo. Puede que sólo en circunstancias excepcionales seamos conscientes de nuestra edad y que la mayor parte del tiempo carezcamos de edad. En cualquier caso, cuando se volvió, sonrió y le hizo un gesto de despedida al joven instructor (que no pudo contenerse y se echó a reír), no sabía su edad. Una especie de esencia de su encanto, independiente del tiempo, quedó durante un segundo al descubierto con aquel gesto y me deslumbró. Estaba extrañamente impresionado. Y me vino a la cabeza la palabra Agnes.
Agnes. Nunca he conocido a una mujer que se llamara así." (...)
(...)”Cuando era pequeña el padre le enseñó a jugar al ajedrez. Le había llamado la atención un movimiento que recibe el nombre de enroque: el jugador cambia en una sola jugada la posición de dos figuras: pone la torre junto al rey y desplaza al rey hacia la esquina, al lado del sitio que ocupaba la torre. Aquel movimiento le había gustado: el enemigo concentra todo su esfuerzo en amenazar al rey y éste de pronto desaparece ante sus ojos; se va a vivir a otra parte. Soñaba toda su vida con ese movimiento y soñaba con él tanto más cuanto más cansada estaba." (...)
El Libro de los Amores Ridículos (Milan Kundera)
Serie de relatos sarcásticos y divertidos donde además de narrarnos comportamientos y vicisitudes que consiente o inconcientemente cometemos en nuestras manifestaciones de amistad, amor y sexo, nos muestra, en su manera tan original de llevarnos a la introspección, lo que está oculto detrás de esos comportamientos en nuestra alma.
(... ) “su alma era terriblemente amorfa, cabía en ella la fidelidad y la infidelidad, la traición y la inocencia, la coquetería y el recato; aquella mezcla brutal le parecía asquerosa como la variedad de un basurero” (... )
(... ) "Y fue entonces cuando se le ocurrió plantearse cuál había sido el balance de este aspecto suyo (con pelo) que desaparecía, cuáles habían sido realmente las vivencias y las satisfacciones que había tenido aquel aspecto, y se quedó paralizado al darse cuenta de que había disfrutado bastante poco; al pensar en aquello sintió que se ruborizaba; sí, le daba vergüenza: porque vivir en este mundo tanto tiempo y que a uno le pasen tan pocas cosas es vergonzoso." (... )
El Libro de la risa y el olvido (Milan Kundera)
Sinopsis
"Las siete partes de esta «novela en forma de variaciones», según el propio autor, se suceden como siete etapas de un viaje.
El humor aparece teñido de profunda tristeza: asombro ante la fragilidad y vulnerabilidad del erotismo, que en cualquier momento puede degenerar en risible pantomima; vértigo ante la Historia, cuya progresión es una carrera hacia su fin; reflexión sobre el destino del escritor y de su país, amenazado entonces por la aniquilación y el olvido."
(...)“...el amor no se manifiesta en el deseo de acostarse con alguien, ya que ese deseo se produce en relación con una cantidad innumerable de mujeres, sino en el deseo de dormir junto a alguien, pues ese deseo se produce en relación con una única mujer...” (...)
(...) " La borró de la fotografía de su vida no porque no la hubiese amado, sino, precisamente, porque la quiso. La borró junto con el amor que sintió por ella. La gente grita que quiere crear un futuro mejor, pero eso no es verdad, el futuro es un vacío indiferente que no le interesa a nadie, mientras que el pasado está lleno de vida y su rostro nos excita, nos irrita, nos ofende y por eso queremos destruirlo o retocarlo. Los hombres quieren ser dueños del futuro sólo para poder cambiar el pasado. Luchan por entrar al laboratorio en el que se retocan las fotografías y se rescriben las biografías y la historia. " (...)
Amantes y enemigos Rosa Montero
Cuentos sobre el dolor y placer que engloba la relación de pareja; relatos que tratan de amor, desamor, necesidad; historias que contrastan el deseo carnal y la pasión, la costumbre y la desesperación, la felicidad y el infierno, en definitiva toda una montaña rusa de emociones y sensaciones.
El libro trae cuentos como El puñal en la garganta
101 Historias Zen
101 de relatos cortos, de tres páginas como mucho, y auto conclusivos que muestran diversos aspectos del Zen. Manera amena de conocer la filosofía Zen.
"Un hombre que caminaba por el campo se encontró de repente con un tigre. Echó a correr, perseguido de cerca por la fiera. Llegó a un precipicio, se agarró a la raíz de una vid salvaje, y quedó colgado entre el cielo y la tierra. El tigre lo olfateaba desde lo alto. Temblando de miedo, el hombre miró hacia abajo donde, al fondo del abismo, otro tigre lo esperaba para devorarlo. Solamente se sostenía gracias a aquella raíz, pero dos ratones comenzaron a roer poco a poco la vid. El hombre descubre a su lado una fresa estupenda. Agarrándose a la vid con una mano, con la otra tomó la fresa. ¡Qué dulce estaba!"